Publicado por Ainoa Soldevila Rafael.
Mitos, relaciones tóxicas, dependencia emocional, asertividad y autoestima
Para empezar, este artículo se basará en relaciones monógamas, lo «normativo», pero se tiene que tener en cuenta que también se puede generalizar a diferentes tipos de relaciones sexo-afectivas.
¿Alguna vez has oído estas frases?
«Debemos aguantar todo de la otra persona porque la relación se basa en la aceptación» o «Hay comportamientos que no deben ser soportados, si queremos preservar nuestra dignidad». Son dos de los mitos más populares actualmente.
El segundo de ellos puede parecer válido, pero hay que tener en cuenta que no tenemos que establecer un límite como reglamento, ya que cada uno tiene el suyo. Hay veces que va más allá y los límites personales se transgreden sin saberlo, porque están normalizados. En referencia a la tolerancia que cada uno puede tener y a nuestra dignidad, si sucede algo que no está normalizado, (o bien visto por la sociedad) como una infidelidad, ponemos todos los límites sobre la mesa y se convierte en algo imperdonable.
Los límites son criterios inviolables construidos por la sociedad (algunos son compartidos por todos, generales y normativos, y otros son personales dependiendo de la tolerancia). Para ponerlos, necesitas tener capacidad de autoconocimiento, saber exponerlos y comunicarlos a tu pareja.
Pueden estar relacionados con la dependencia emocional, es decir, es posible que sepas que has transgredido un límite, normativo o no, y continuar con la relación. Debemos tener en cuenta que somos capaces de imponer nuestros propios criterios fijos y no debemos depender de nadie. Las personas que tienden a depender de sus parejas utilizan frases como: «esto nunca lo había hecho antes», «seguramente cambiará”, etc. Es necesario darse argumentos para excusar la conducta de la pareja. Esto puede llevarnos a tolerar todo tipo de comportamientos tóxicos y alcanzar extremos que no serán nada agradables.
Además, pueden tener mucho que ver con la autoestima. Si mi autoestima es muy baja, y valoro a mi pareja, por encima de valorarme a mí, los límites serán menos firmes. Es necesario tener una buena autoestima para ser consciente de lo que quieres y lo que puedes o quieres tolerar.
Finalmente, otra parte muy importante de los límites es la asertividad. Es la capacidad de conocer los propios derechos y defenderlos, siempre teniendo en cuenta el respeto por los demás. Es la capacidad de decir NO. Esto te permitirá respetarte a ti mismo, hay una fuerza de sentimientos relacionados con la autonomía, el valor, la sociabilidad, la espontaneidad, la creatividad y el bienestar personal.
A la hora de definir y defender un límite, debemos tener en cuenta los roles, la dinámica de poder, la cultura en la que vivimos, etc. En la sociedad actual, las mujeres han adoptado el papel sumiso de la relación y el hombre, «que lleva los pantalones», ha jugado a su favor dicha dinámica de poder. Esta base sexista, que todavía está presente hoy día, puede producir relaciones tóxicas, en las que se da la anulación de las mujeres y sus derechos. Poner límites hará relaciones sanas en todos los sentidos: creará relaciones igualitarias, habrá autodescubrimiento, evitará malentendidos, etc.
Si no hay límites firmes y consensuados, se puede alcanzar violencia de todo tipo (visible y no visible). Existe el micro-machismo encubierto, como la utilización de maniobras de exploración emocional, en las que aprovechas la dependencia emocional de tu pareja para provocar dudas y sentimientos negativos al respecto (bajar su autoestima), lo que lleva a una dependencia mayor.
La toxicidad de las personas puede estar aumentando y no tiene que ser una variable de dicotomía, es decir, se puede iniciar una relación con alguien que no lo hacía pero ahora lo hace. Esta toxicidad puede conducir a la anulación de los derechos y valores de cualquier lado de la relación y conducir a la violencia de género. Estas personas tóxicas suelen ser manipuladoras psicológicas, que lanzan comentarios como, «no encontrarás a nadie como yo», «soy yo quien te hace feliz», etc.
Aquí encontramos los mitos del amor romántico, que han sido construidos sobre una base sexista, donde podemos ver: el mito de la media naranja (creencia de que nuestra pareja fue creada para serlo y por lo tanto, es nuestra única opción). Este mito lleva consigo que el nivel de demanda en la relación es muy alto, lo que lleva ,al mismo tiempo, el riesgo de decepción o un exceso de tolerancia.
Otro mito del amor romántico es el de la omnipotencia (el amor puede con todo y si es cierto, no hay mentiras). Esto es muy útil para excusar y evitar modificar actitudes tóxicas o negar la existencia de conflictos.